Everything everywhere all at once.

 Iba con miedo. Creí que tendría que salirme del cine después de la tregua de media hora. Pero nó !

Aunque no es una película habitual. Su argumento se desdobla en tantos planos como Los Danieles deciden. El comportamiento mas allá de formalismos y etiquetas trasciende al metaverso con sus expresiones más libres.        La película es singular. De acción trepidante. De guión delirante, surrealista, onírico. Y a veces difícil de seguir con precisión en todas las claves de un despliegue/desdoblamiento rápido y numeroso.

 Freud tendría muy facilitado el psicoanálisis de los Danieles a través de las proyecciones de sus personajes, sus sueños adquieren forma en el metaverso. Por el contrario David Cooper parece haber colaborado estrechamente con los guionistas.

Es el comportamiento humano con traducción simultánea de metaversos, de procedencia o destino, según personajes y relaciones. Es la realidad aumentada, AUMENTADA mucho y multiplicada aún más. En ocasiones con eficaces efectismos como el de las 1001 caras de Evelyn en el tiempo y metaverso.

Es filosofía de la Vida sobre todo.

La veo, la traduzco, desde mi omegaverso particular con notables coincidencias de pensamiento, supongo será tendencia. 

Mi hormiga qué sube por el árbol escogiendo ramas para alcanzar algún final de la copa está en esta película en un destino prefabricado pero que se va desplegando para cada uno de nosotros. Hay un universo para cada uno dentro de una interrelación con los demás. Son ramificaciones algorítmicas consecuencia de cada decisión.

¿Hay un universo para cada uno dentro de una interrelación con los demás?.

Están los benéficos pensamientos positivos y la importancia de la amabilidad. Más Budismo que cualquier otro pensamiento.

Está un fatalismo inevitable, éxito o fracaso todo da igual. Están el sexo y el conflicto generacional. También sus soluciones. El amor. La familia.

Está la reencarnación que trasciende desde numerosas personalidades propias en el metaverso hasta dos piedras graciosamente existencialistas.

La clave de humor es permanente. Desde la sátira con el "mapachoui de ratatouille" a recursos surrealistas que a veces parecen proceder de reacciones consecuencia de experiencias con ácido lisérgico, como esos dedos deformados, o los de los pies hábiles para tocar el piano.

Los mensajes viajan en clave y en medios de nuevas generaciones ávidas a los juegos de roles, y con situaciones que desde el cachondeo vacilan a otros juegos como "los de Tronos", Gong Gong la hija adoradora del Bagel, el padre por su parte bien podría ser el hermano asiático de Harry Potter.  En este sentido podríamos decir que el cine de Hollywood se busca la vida y/o labra su futuro. Y a juzgar por el feed back en las redes, bien sea con interpretaciones o valoraciones parece lo ha conseguido.

Evelyn con su maravillosa interpretación flirteando con la auditora o destrozándola, según toque en el metaverso conveniente, puede ser lo que quiera, en todas partes y a la vez, sí!.

Todo en el argumento de la vida de una familia emigrante china que lleva una lavandería con dificultades en Estados Unidos y tiene que enfrentarse a una auditoría.

Los efectos especiales, el montaje, la música. El principio puede parecer pretencioso, casi una burla, con sus autores como colegiales haciendo un video casero, pero acaba resultando original igual que la aparición de créditos o el primer final intermedio, así como presentar los make in off  que muestran el divertido desmadre que debió ser el exitoso y -sin duda- bien cuidado rodaje a juzgar por el resultado final.

Sabiendo como es volvería a ir a verla sin dudarlo. Lo que tenga de pretenciosa también lo tiene de elocuente -para mi metaverso particular- y de bien hecha. 

Comprendo los oscars más allá de la conveniencia existencial de Hollywood.

Si pudiera subir música acompañando este texto, aunque el repertorio de la película es abundante y variado, me quedaría con el cierre de la canción de Ryan Lott "This is a life".

No hay comentarios:

Publicar un comentario